
Por: Mauricio Castaño Penagos - febrero 5 de 2015
Una agradable impresión se siente al visitar las obras de senderos interpretativos, miradores y puente sobre el canal Molinos, recién terminadas en el
sector dos del humedal de Córdoba.
A pesar del buen resultado logrado, de lo bien que se ven los senderos elevados en madera, entre el bosque protector, detrás de este proyecto un equipo de vecinos tuvo que estar durante todo el año 2014 haciendo veeduría para cambiar el diseño contratado, porque no cumplía con el
fallo de acción popular 0254. Lo que la JAC de Niza Sur y el Equipo Interdisciplinario del humedal de Córdoba habían concertado en el año 2012, cuando la Empresa de Acueducto encargó el diseño de paisajísmo para el humedal de Córdoba, no correspondía con lo contratado para construir en la primera fase.
Cuando comenzó la veeduría al proyecto en febrero de 2014, se encontraron varias inconsistencias: el trazado del sendero ingresaba al bosque y entre la vegetación de borde, lo cual obligaba a talar muchos árboles; la estructura del sendero que se concertó en madera y metal, de bajo impacto, se estaba haciendo en vigas de concreto de 90 cm de grosor, para lo cual se hicieron pilotes de 6 mt de profundidad que soportaran semejante peso; y se haría un puente peatonal sobre el canal Molinos como para que pasaran carros. Todo en conjunto explicaba porque sólo 600 mt lineales costaban 1.100 millones de pesos.
Esta situación era contraría a varios lineamientos del
Documento de Concertación, al Plan de Manejo Ambiental y a la Política Distrital de Humedales, razón por la cual se solicitó a la Gerencia Ambiental de la Empresa de Acueducto, suspender la obra en busca de hacer cambios a los diseños contratados. Así se hizo por varios meses, hasta cuando se logró entre el equipo veedor, la EAB, el Contratista y la Interventoria, llegar a un consenso para cambiar las dimensiones de la obra y que ésta se integrara con el ecosistema y no fuera tan agresiva con el uso del concreto.
Para evitar causar un detrimento patrimonial, se aceptó dejar los primeros 80 mt de sendero elevado ya construido, con las dimensiones excesivas que tenía, teniendo en cuenta que estaba ubicado en una zona que no es de gran importancia ecológica. Sin embargo, en dos tramos se logró bajar la viga en concreto de 90 a 25 cm; en otro se remplazo la viga en concreto por viga metálica; y en el tramo que va después del canal Molinos, el sendero va en tierra, con troncos a los costados para delimitar el trazado. El puente pasó de ser una mole en concreto a una estructura curva, en metal y madera. Uno de los miradores, el que está en una zona de gran riqueza natural, se hizo en madera, metal y pilotes en concreto más pequeños; y el trazado de los senderos se trasladó por la huella existente en tierra.
Todo esto se logró por la buena disposición de todas las partes y porque se creó un ambiente de dialogo propositivo que permitió sortear una situación heredada de la administración anterior, por confiar en la buena fe de la empresa consultora que diseñó
el proyecto. El resultado es muy bueno, se ve muy bien, en especial para quien lo recorra por primera vez y no tenga conocimiento de lo sucedido. Es una obra muy ostentosa que no debería repetirse en las otras zonas de ronda del humedal, ya que solo con acondicionar y delimitar los senderos existentes en tierra, habilitar algunos miradores y señalizar, es suficiente para disfrutar de la belleza natural del humedal de Córdoba.